La Biblioteca Armando Olivares Carrillo se fundó el 17 de septiembre de 1962, siendo una idea concebida por el primer rector cuyo nombre lleva este lugar. Sin embargo, su historia inicia desde 1732, el mismo año en que se creó el Hospicio de la Santísima Trinidad.

Los monjes jesuitas traían libros desde Europa y los almacenaban en este lugar. Incluso hay títulos que datan de siglos anteriores a la fundación del Hospicio, como “El ente y la esencia” de Tomás Aquino, fechado en 1495.

En la planta baja del Hospicio, la Biblioteca encontró su hogar durante 130 años hasta que en el siglo XIX, debido a su crecimiento, fue necesario trasladarla a la capilla del entonces Colegio del Estado.

Fue finalmente en la década de los 60s donde se ubicó en la sala hospital del antiguo convento de los frailes betlemitas (hoy Sede Belén), lugar en el que ha recibido miles de títulos y registros que no han hecho más que enriquecer la vasta colección con la que se cuenta, albergando cerca de 30 mil obras o títulos.

El Archivo Histórico de la Universidad de Guanajuato comienza su historia en la década de los 40s, cuando un grupo de intelectuales, escritores y profesores, de los que destacan Fulgencio Vargas, Manuel Leal, Eugenio Trueba, Armando Olivares y Agustín Lanuza, se encontraban interesados en el rescate del Archivo Histórico Municipal.

Dicho interés fue llevado directamente a los miembros de la Junta de Administración Civil, dirigida por el Dr. Eugenio Yllades Arizmendi, quien sugirió que los archivos históricos fueran concentrados en la Universidad de Guanajuato para su debida organización.

Fue así que el 7 de mayo de 1954 se creó formalmente el Archivo Histórico, teniendo como primer directo al maestro Jesús Rodríguez Frausto, un hombre que se dedicó por más de 30 años al rescate, organización y difusión del acervo. El Patio del Antiguo Colegio Jesuita fue el lugar elegido para empezar con esta labor.

En 1975, el Archivo se trasladó a la Escuela de Filosofía y Letras, lo que consiguió acercar a estudiantes y docentes a documentos de gran importancia histórico, A resultando en aportaciones propias para enriquecer el acervo.

A finales del siglo XX, en 1999, el Archivo se reubicó en la Sede Belén, incrementando su colección con archivos privados de personalidades como Plutarco Elías Calles, José Ibargüengoitia, Ponciano Aguilar, entre otros.

Hoy en día, el Archivo Histórico cuenta con un amplio fondo documental, como manuscritos, planos, fotografías, videos, folletos, y muchas cosas más, listas para ser consultadas por estudiantes, investigadores y público en general que deseen adentrarse en la fascinante historia de nuestra región.