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historia del ahug

 

fratrisAunque la prohibición de textos y autores se remonta a los albores del cristianismo, fue a partir del siglo XVI cuando la práctica fue institucionalizada y reglamentada por la Iglesia Católica e instrumentada por la mayoría de las monarquías europeas a través del principal aparato de control y represión de la época: el Santo Tribunal de la Inquisición.

Instituido en España en 1478 a petición de los Reyes Católicos con el fin de desterrar la herejía y vigilar a los judíos conversos, su acción represiva pronto se orientó al combate del protestantismo y se extendió geográficamente a la América Hispánica.

Tras la invención de la imprenta, para erradicar las desviaciones doctrinales y dogmáticas contenidas en algunos libros, la Inquisición desplegó un complicado mecanismo de censura que pronto abarcó otro tipo de obras literarias supuestamente perniciosas o erróneas, así como cualquier escrito de hechicería, brujería, astrología y otras temáticas consideradas lascivas, supersticiosas o poco interesantes y útiles para el buen cristiano.

La presente exposición, conformada por 19 libros procedentes de los antiguos conventos de la región Bajío -hoy bajo resguardo de la Universidad de Guanajuato- nos muestra, por una parte, los instrumentos y reglas desarrollados por la inquisición novohispana para llevar a cabo su labor persecutoria contra libros y autores. Por la otra, nos conduce a través de las huellas materiales que, de forma permanente e indeleble, las manos censoras dejaron plasmadas sobre los llamados delincuentes de papel.

 

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