dra katya vargas

 

 

 

 

 

 

Dra. Katya Vargas-Ortiz
Departamento de Ciencias Médicas,
División de Ciencias de la Salud,
Campus León,
Universidad de Guanajuato

 

El ejercicio son movimientos corporales que se practican a propósito y conscientemente, aportan beneficios a la salud si se realizan correctamente. Existen varios tipos de ejercicio; entre otros, el ejercicio aeróbico, también conocido como cardio, fortalece el sistema cardiovascular y respiratorio y, mejora la condición física. Por su parte, el ejercicio de fortalecimiento muscular hace que los músculos trabajen más, ya que deben soportar cierto peso o resistirse al movimiento utilizando el propio peso corporal, peso libre o máquinas de entrenamiento o usando ligas.

Tanto el ejercicio aeróbico como el de fortalecimiento muscular realizados de manera correcta y constante, en un contexto de alimentación y descanso adecuados, provocarán mejor funcionamiento de las células del organismo mejorando el metabolismo de grasas y azúcares, lo que se reflejará en la disminución de grasa corporal, tonificando y aumentando los músculos y hasta mejorando el estado de ánimo.

Igualmente, la actividad física, que es cualquier movimiento que provoque aumento en la frecuencia cardiaca mayor a cuando se está sentado o recostado, también aporta beneficios a la salud. Los niños y adolescentes que realizan 60 min/día y los adultos y adultos mayores que realizan 30 min/día de actividad física de intensidad moderada (más que sólo estar de pie) previenen o controlan: cardiopatías, diabetes de tipo 2 y cáncer; además, reducen el riesgo de muerte prematura y los síntomas de depresión y ansiedad, mejoran la concentración, el aprendizaje y el bienestar en general. Cabe señalar que, tales beneficios son posibles con la actividad física cotidiana que se realiza a lo largo del día.

Desde épocas antiguas, Hipócrates, considerado como padre de la medicina, afirmaba “Caminar es la mejor medicina para el hombre”. En la década de los 50s se realizaron las primeras investigaciones sobre los beneficios de la actividad física; Jerry Morris descubrió que las personas con trabajos que implicaban cierto nivel de actividad física tenían menos enfermedades coronarias y menos graves en comparación con trabajadores que debían permanecer sentados durante sus jornadas laborales. Desde entonces, se evidenció que la poca actividad física y el sedentarismo, el cual se define como un comportamiento sentado o recostado afectan negativamente a la salud.

De hecho, en días recientes, los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de los Estados Unidos incluyeron a la inactividad física como uno de los factores de alto riesgo para las formas más graves de COVID-19. Incluso antes de la pandemia por la COVID-19, la inactividad física se consideraba también una pandemia, así que ahora que, al parecer estamos regresando a la “normalidad” será importante ponernos en movimiento para evitar riesgos extras a la salud.  

Por otro lado, a partir de los 60s, los estudios bioquímicos, el desarrollo de la biología molecular y el avance en equipos e instrumentos han permitido mayor entendimiento sobre cómo el ejercicio afecta a ciertas moléculas en las células de las fibras musculares, regulando así su metabolismo y su adaptación al ejercicio. Es decir, dichos avances científicos y tecnológicos han mejorado la comprensión de la fisiología del ejercicio. Tales conocimientos se han aplicado desde el ámbito deportivo, para mejorar el rendimiento de los atletas, hasta el ámbito médico, para tratar y prevenir enfermedades.

Investigaciones sobre el efecto de la actividad física, sedentarismo y ejercicio, siguen siendo necesarias y se acentúa en el contexto social actual en donde no sólo una pandemia afecta a las poblaciones, sino que vivimos una sindemia, porque además de la COVID-19, también están las epidemias de la inactividad física y la obesidad; situación que pone en grave riesgo a la sociedad moderna.

En el Departamento de Ciencias Médicas, de la División de Ciencias en la Salud, estamos trabajando en la línea de investigación “Actividad Física, Nutrición y Envejecimiento”, dentro de la cual realizamos proyectos que abordan problemas de salud pública como la obesidad, la diabetes y la hipertensión con intervenciones de ejercicio y nutrición; además, estudiamos la influencia de diferentes tipos de ejercicio sobre varias moléculas musculares y sobre variables metabólicas y cardiovasculares. A partir de la pandemia por la COVID-19 comenzamos también a evaluar objetivamente el impacto de ésta sobre la actividad física y el sedentarismo. Todo lo anterior con el objetivo de encontrar estrategias de actividad física y ejercicio para prevenir y tratar enfermedades, mejorando así la calidad de vida de las personas.

#Muévaseparavivir

 

Fecha de publicación: 22 de agosto de 2022.

CONTÁCTANOS

Si tienes alguna duda o comentario sobre la sección de la página que estás visitando envía tus comentarios a través del correo eugreka@ugto.mx  y en breve te daremos respuesta

contactanos somos

Subir