María Esther Patiño López
Departamento de Enfermería Clínica,
División de Ciencias de la Salud e Ingenierías,
Campus Celaya-Salvatierra,
Universidad de Guanajuato
La salud bucodental según la Organización Mundial de la Salud (OMS) es la ausencia de dolor orofacial crónico, cáncer de boca o garganta, aftas bucales, defectos congénitos como labio leporino y paladar hendido, enfermedad periodontal, caries dental, pérdida de dientes, otras enfermedades y trastornos que afectan a la boca o cavidad bucal. La presencia de enfermedades bucodentales son producto de diversos factores de riesgo que se pueden modificar, como son la ingesta de azúcar, el consumo de tabaco y de alcohol, la higiene deficiente y determinantes sociales y comerciales.
Por lo que algunas recomendaciones para el cuidado de la salud bucodental según la Organización Panamericana de la Salud (OPS) son: cepillarse los dientes por lo menos dos veces al día o después de cada comida, usar hilo dental, usar enjuague bucal, tener revisiones regulares, tanto los niños como los adultos, evitar el consumo de bebidas gaseosas, jugos artificiales, bebidas energéticas, dulces, comida chatarra, el tabaco y el alcohol.
En el ámbito de la salud bucal, las personas con Discapacidad Intelectual (DI), presentan situaciones y necesidades de salud específicas, pues las enfermedades bucales en este colectivo se dan con una presentación más severa, esto tiene que ver con diversos factores causales que van desde ciertas características anatomo-fisiológicas como por la dificultad que tienen para la realización de una higiene bucal estricta y por el deficiente conocimiento en el manejo de técnicas apropiadas para la remoción de placa dentobacteriana.
La evidencia científica ha confirmado que las personas con DI tienen una alta prevalencia y gravedad de la enfermedad periodontal, este tipo de padecimientos afectan gravemente la vida de las personas, pues generan cuadros dolorosos importantes e incluso pueden llegar a afectar la nutrición por dificultades en el consumo de alimentos.
Pero esto se puede prevenir de forma sencilla, con los cuidados mencionados anteriormente y haciendo énfasis en una adecuada higiene bucal, además se ha identificado que si estas medidas se aplican en edades tempranas se puede mejorar la calidad de vida de este colectivo. Aunado a esto, es fundamental implicar, capacitar y empoderar a los cuidadores, pues ellos pueden generar una gran diferencia en este ámbito ya que son el punto principal de motivación y de generación de hábitos saludables en las personas con DI.
Por lo cual, es necesario intervenir y continuar trabajando en líneas de investigación que aborden la generación de conocimientos y práctica en búsqueda de mejorar la salud bucodental en personas con DI, incluyendo también el abordaje integral de los cuidadores de los mismos.
Fecha de publicación: 24 de octubre de 2022.
