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Dr. Jesús Rubén Rodríguez Núñez

  Actualmente la contaminación del medio ambiente marino y terrestre por microplásticos es un problema global y es atribuido a las actividades antropogénicas propias del ser humano como el uso de bolsas, empaques, desechar plásticos directamente a ríos, lagos y mares, plataformas petroleras, uso de barcos, etc. En este sentido, se ha trabajado en tecnologías con la finalidad de desarrollar empaques a base de polímeros biodegradables que ayuden a disminuir el uso de plásticos no biodegradables.

Una tecnología que emergió fue el desarrollo de empaques denominados “oxo-degradables”, estos se elaboran con polímeros convencionales no degradables (ej. polietileno de baja densidad y de alta densidad), pero se les agregan aditivos químicos para promover la degradación en presencia de oxígeno y luz (proceso de oxidación). La presente tecnología no es mala, sin embargo, la manera en la que se ha vendido por la industria “plástico biodegradable” no es del todo correcta, ya que no representa un plástico 100% biodegradable o compostable.

Según las empresas, estos empaques (ej. bolsas y botellas de plástico) se degradan de manera eficiente mediante el corte de las cadenas poliméricas largas, obteniendo fracciones pequeñas más fáciles de degradar por los microorganismos. Sin embargo, estudios recienten han reportado que las fracciones pequeñas que se producen no siempre son degradadas por los microorganismos del medio ambiente (Markowicz y Szymanska-Pulikowska, 2019) generando lo que se denomina “microplásticos” (partículas de tamaño menor a 5 mm).

El problema radica en que estos microplásticos no se pueden observar a simple vista y por eso creemos que el empaque se degradó al 100%, cuando en realidad estamos generando un problema mayor, debido a que se producen plásticos de tamaño incluso nanométrico que pueden entrar a las células. Además, animales como peces, ballenas y bivalvos las confunden con alimento y consumen estos materiales plásticos. Actualmente no se ha reportado un impacto importante en la salud del humano, pero ya se han empezado a realizar diversos estudios científicos en el área debido a que se ha comprobado que estamos consumiendo estos microplásticos en productos del mar, sal e incluso agua contaminada.

Abdelmoez y cols. (2021) reportaron que el parlamento Europeo prohibió el uso de plásticos oxo-biodegradables desde el 2019, pero aún así el escenario mundial no es prometedor, ya que muchos países son permisibles e incluso están normalizando el uso de estos plásticos (Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Jordania).

¿Pero qué pasa con México? Nuestro país es permisible, incluso acaba de normar el uso de plásticos oxo-degradables (NMX-E-288-NYCE-2022, Industria del plástico-plásticos oxo-biodegradables-especificaciones y métodos de prueba) y están siendo utilizadas por empresas como Pizza Hut, Nescafe, KFC y Walmart. Grupo Bimbo-México anunció el 20 de agosto del 2019 que “El 100% de los empaques de Grupo Bimbo en México incorporaran tecnología biodegradable d2w (bajo la norma ASTM 6954-18)”, sin embargo, como se viene mencionando el presente documento, estos empaques no son biodegradables, más bien son oxo-biodegradables al utilizar el aditivo prooxidante d2w producido por la empresa Symphony environmental.

Referencia

Florentyna Markowicz and Agata Szymanska-Pulikowska. (2019). Analysis of the Possibility of Environmental Pollution by Composted Biodegradable and Oxo-Biodegradable Plastics. Geosciences, 9:460.

Abdelmoez W. Dahab I. Ragab E.M. Abdelsalam O.A. y Mustafa A. (2021). Bio‐ and oxo‐degradable plastics: Insights on facts and challenges. Polymers for Advanced Technologies, 32(5), 1981–1996. doi:10.1002/pat.5253

 

Fecha de publicación: 10 de julio de 2023.

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