Dr. José Luis Zárate Castrejón, Ing. Alejandro León Zapatero, Dr. Cuauhtémoc Sandoval Salazar y Dr. Vicente Peña Caballero


Dr. José Luis Zárate Castrejón, Ing. Alejandro León Zapatero, Dr. Cuauhtémoc Sandoval Salazar y Dr. Vicente Peña Caballero

División de Ciencia de la Salud e Ingenierías,
Campus Celaya - Salvatierra, Escuela de Nivel Medio Superior, Universidad de Guanajuato.

 

Una oportunidad con la reflexión y acción para promover y fomentar las dinámicas de inclusión en la comunidad universitaria e impulsar el desarrollo de las personas.

Hoy en día en es común ver en los noticieros de los medio oficiales y alternativos, conflictos entre personas, grupos sociales e incluso países. Muchos de estos sucesos están relacionados con la forma de pensar y actuar; así como, en las diferencias de sus costumbres, religión, tradiciones, lengua, modismo, etc. Esto nos hace pensar que estos conflictos no hubieran sucedido si los distintos grupos humanos respetaran su forma de pensar, actuar o concebir la vida que su propia cultura fomenta con el paso del tiempo; y que en pleno 2025, es la base de su propia sociedad. De forma interesante, los procesos biológicos en la naturaleza han creado ambientes diversos y materializados en una gran cantidad de estilos de vida que incluso pudieran ser incompatibles de un grupo humano con otro. Sin embargo, la diversidad se puede tambien generar por medio de intercambio de ideas, gastronomía, libros, formas de pensamiento, tecnología, historia, conocimiento de costumbres, leyes y definitivamente por medio del intercambio académico; a través, de la comunidad estudiantil y profesores. Este fenómeno se explica al inicio de la etapa universitaria cuando convergen personas de diferentes lugares, estatus económico, creencias religiosas, costumbres o cualquier otro factor sociocultural. Estos factores se relacionan en un espacio de interacción constante entre estas diferentes formas de pensar; las cuales, con el tiempo comienzan a formar lazos y generan un entorno único e irrepetible; es decir, la universidad es un crisol para el desarrollo de nuevas formas de pensar y actuar.

Ahora, cada vez es más común que la interculturalidad tome en cuenta los procesos educativos y las acciones que permitan la colaboración y el desarrollo de un ambiente educativo integral. Para lo antes descrito, la universidad como espacio formativo debe considerar la etnicidad, lengua, religión, migración, orientación sexual, discapacidad, pobreza, riqueza, hambre, abundancia y nacionalidad porque hay que recordar que el espacio universitario un lugar dónde la diversidad cultural es su común denominador. Así pues, las relaciones dadas entre alumno-docente, alumno-alumno y docente-docente en aula, los laboratorios, las jardineras, el comedor, los pasillos, y en todo el espacio que conforma la universidad, son piezas clave para la promoción de la inclusión en los procesos de enseñanza y aprendizaje. En este punto, de forma específica nos centramos en estudiantes y docentes con una diversidad cultural, valores, hábitos, costumbres o conocimientos propios para desarrollar sus roles universitarios, pero, sobre todo, para adquirir conocimientos, competencias, etc.; además de motivar y fomentar el proceso de enseñanza-aprendizaje.

Por tanto, conscientes del compromiso social imperante de la Universidad de Guanajuato (UG) a través de su comunidad universitaria, consideramos que además de formar profesionistas, la Universidad es rectora para establecer y promover en la vida universitaria las relaciones “inter-culturales”; tomando en cuenta, las condiciones adversas que puedan estar presentes en el entorno. En consecuencia, la vida universitaria da oportunidad para fijar una postura de tolerancia, inclusión y respecto a las diversas condiciones sociales. Por consiguiente, para motivar, promover y mejorar la interculturalidad como recurso funcional para las relaciones sociales, es necesario mantener una postura abierta hacia la diversidad y adversidad presentes en los estudiantes (habilidades diversas, recursos económicos y académicos, entre otras); es decir, tomar en cuenta las características individuales. Afortunadamente, ante esta diversidad la planta docente tiene la firme convicción; y está, en constante capacitación y actualización para aportar a través del proceso de enseñanza y aprendizaje aquello que la comunidad estudiantil requiere para fortalercer su interculturalidad como parte de su proceso de vida.

En este sentido la comunidad universitaria de la UG deberá tener presente una postura firme e integra frente a su cultura universitaria al fomentar y utilizar la interculturalidad como una forma de abatir de las desigualdades de género, familiares, educativas, laborales y sociales; por medio, de acciones individuales, colectivas y sistemáticas que den oportunidad al reajuste, cambio y adaptación acorde a la realidad social; para con ello, llegar y conservar un ambiente de paz y respeto.

Finalmente, la universidad es un espacio de vida donde la educación integral favorece un ambiente de interculturalidad que alberga, gestiona y propicia un proyecto universitario de calidad, a través de su personal docente y en conjunto con las acciones necesarias para un ambiente universitario con equidad e inclusión. Así, las sociedades de profesionistas contemporáneos podrán desarrollarse con plena conciencia de sus propias diversidades internas y tener consideración hacia de los demás individuos, con ello ser personas más inclusivas y simétricas en sus futuras relaciones sociales y profesionales.

 

Fecha de publicación: 29 de octubre 2025.

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